Por Javier Gochis
Nueva York, NY.- La Biblioteca Pública de Nueva York tiene una de las colecciones más grandes de grabados originales de José Guadalupe Posada (1852-1913) fuera de México. La muestra que se exhibe en el edificio central, “Las meras meras calaveras de Posada”, presenta una cuidada selección de las calaveras hechas por el grabador mexicano y anuncia la digitalización completa de la Colección Posada.
Se trata de más de 500 piezas que estarán disponibles de manera gratuita para todo público a través de las Colecciones Digitales de la Biblioteca Pública de Nueva York. La muestra, que se exhibe del 1º al 28 de noviembre, y una versión ampliada, son un homenaje a uno de los creadores más influyentes en la historia de México.
La pequeña exhibición se encuentra instalada en el edificio central de la New York Public Library (NYPL por sus siglas en inglés), ubicado a un costado del Bryant Park, en el 476 de la quinta avenida, en Manhattan. Al entrar el visitante debe tomar el elevador hasta el tercer piso ya que la vitrina está en la McGraw Rotonda.
Las piezas que ahí se presentan son principalmente las hojas volantes -por lo regular impresas en papel de colores vibrantes- que lanzaron a la fama a Posada, porque eran adquiridas principalmente por la clase trabajadora de la ciudad de México y sus alrededores.
De entre los quince mil grabados que realizó Posada, aproximadamente, destaca el de “Calaveras de la Cucaracha”, el más reconocido a nivel mundial, que años más tarde el muralista mexicano, Diego Rivera (1886-1957) le diera el nombre de Calavera Catrina, que es como mejor se le conoce ahora. Lamentablemente Posada murió antes de que se imprimiera esta calavera.
Posada fue tan influyente en la obra de Rivera que en 1947 pintó a La Catrina y a Posada en la parte central de su famoso mural “Sueño de una tarde dominical en el Parque de la Alameda Central”.
Así, a raíz de la Revolución, artistas y activistas como Diego Rivera, Leopoldo Méndez, Jean Charlot y José Clemente Orozco, buscaron delinear una tradición artística auténticamente mexican y consideraron a Posada no solo un modelo a seguir sino también un héroe cultural.